Woolis Angelica Bertram

Angelica Bertram

Woolis

Como la “madre” de los caficultores

Woolis se fundó en Berlín, Alemania, en el año 2019; importa granos de café verde de calidad especial (puntuación de cata de 84 puntos o más) de México y los vende a tostadores de Alemania y otras partes de Europa.

La fundadora, Angélica Bertram, nació en México y lleva 29 años viviendo en Alemania. Fundó Woolis con el deseo de “presentar los productos de su país natal al mayor número de personas posible”.

En el 2020 lanzó la marca de tostado “Madre Roasters” y empezó a vender granos de café al público. ¿Cuál será la razón de haberle puesto “Woolis” a su negocio, que en el idioma maya significa círculo o conexión? Se lo preguntamos a Angélica.

Preciosa conexión

Actualmente, Woolis se abastece de granos de café verde de pequeños productores y cooperativas de seis regiones de México, incluidas Chiapas y Oaxaca. Su sitio web presenta cuidadosamente la información y narraciones de los caficultores con los que trabaja, con el deseo de tener una comunicación sincera con ellos y compartir el café mexicano con los tostadores.

Como compradora de granos de café verde, puedo decir que no hay que prometer de boca sobre el pago y que hay que comunicarse abiertamente. Es por eso que siempre les contesto a los caficultores después que me envían sus muestras de café y les doy mi opinión sobre las notas de sabor. Es que incluso los ganadores de la Taza de la Excelencia no conocen la proporción de extracción exacta de los granos y agua caliente o la temperatura correcta del agua para el café de goteo.

En cierto modo, Woolis también desempeña un papel de asesor de los caficultores. A un caficultor cuya muestra de granos de café verde tenía una puntuación de 78 puntos en la cata, Angélica le presentó otro caficultor. Para el caficultor al que no le iba bien en el procesamiento, fue un gran avance conocer a su colega. Cuando puso en práctica lo que aprendió de él, la calidad de su café mejoró notablemente y su puntuación aumentó a 88 puntos.

Lo que más me gusta del mundo del café de especialidad es que la gente de la cadena de suministro intenta conectarse entre sí. Para mí, una de las partes más gratificantes de mi trabajo es visitar México para comprar granos de café verde y relacionarme con los productores.

La conexión con ellos se refuerza al conocer la historia de cómo cultivan su café y por qué eligen tal método de procesado. Ellos también están muy orgullosos de poder estar conectados al mercado extranjero a través de nosotros. Con este trabajo puedo experimentar muchas alegrías y no tengo preferencias. Cada momento es especial.

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Los negocios se basan en las relaciones humanas

Angélica decidió fundar Woolis después de conocer a un juez de la Copa de la Excelencia en Alemania, poseedor de la categoría Q Grader. La fascinación por el mundo del café de especialidad encendió la llama del espíritu emprendedor de Angélica y la inspiró a asumir nuevos retos.

La familia de mi madre cultivaba café de forma tradicional para su propio consumo, así que el café ya me era familiar. Pero había muchas cosas del mundo del café de especialidad que no conocía. Comencé a pensar en qué podía hacer y cómo podía ayudar en esa cadena de suministro.

Un estudio de mercado reveló que ya había varias grandes empresas en Europa que se abastecían de café orgánico y de comercio justo de México en grandes cantidades. Angélica sabía que si intentaba competir en el mismo campo que ellos no ganaría. Por ello, decidió crear una marca con característica propia y probar en un nicho de mercado. Su estrategia era especializarse en café de alta calidad (puntuación de cata de 84 puntos o más).

Una vez establecida la política de administración, el siguiente paso es establecer relaciones con los caficultores. Sin embargo, no conocía a ninguno. Angélica empezó poniéndose en contacto con los ganadores de la Copa de la Excelencia. Llamo a uno por uno explicándoles la filosofía y el pensamiento de Woolis, y fue aumentando sus socios comerciales.

Al cabo de unos años, Woolis se hizo conocida boca a boca entre los caficultores y empezaron a recibir consultas de éstos sin tener que dirigirse a ellos.

Ahora recibo muestras muy buenas de productores que no imaginaba conocer o que nunca habría podido encontrar por mi cuenta. Me doy cuenta una vez más de que los negocios se construyen sobre la base de las relaciones con las personas.

Por supuesto, también es esencial contar con personal cualificado con la categoría “Q Grader” para garantizar la calidad. En el 2021, tras catar una muestra de unos 150 lotes, decidimos manejar 40 lotes y seis de ellos se clasificaron entre los diez primeros en la siguiente Copa de la Excelencia.

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Vivir como una “madre”

Resolver los problemas o preocupaciones de alguien y guiarle en una dirección mejor, o sea, trabajar acompañando a alguien en su vida, es como una vocación para Angélica. 

En 1994, después de estudiar dos años exportación en la Academia de Exportación (ahora Escuela Europea de Negocios) al sur de Alemania, Angélica se casó, tuvo sus hijos, y se dedicó ocho años exclusivamente a su hogar.

Luego entró a trabajar en una empresa alemana de energía renovable que administraba instalaciones de energía solar en varios países europeos, donde trabajó como directora de proyectos durante siete años. Basándose en esta experiencia, creó una empresa de consultoría en México. Auditó el consumo de energía de las empresas y las asesoró sobre cómo ahorrar dinero y reducir costos, y cómo hacer un negocio sostenible. Después de eso trabajó para la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESEM) de México, donde se dedicó a resolver problemas de pobreza.

De la industria de energía renovable, a la del café. Pareciera que no tiene nada que ver, pero no hay nada en vano en la vida. La energía renovable —con el fin de frenar el calentamiento global— es un área extremadamente compatible para la industria del café, que se enfrenta a la suposición de que “para el 2050 el cambio climático habrá reducido a la mitad la cantidad de tierra apta para el cultivo de arábica”.

Me estremece pensar hasta qué punto el cambio climático afectará a la producción de café. Me duele pensar en los niños de la próxima generación que vivirán esa época. En el futuro Woolis podría llevar a cabo un proyecto para promover la introducción de energía renovable en México. Quiero devolver algo al país donde nací y me crié.

Para ello necesito vender a más clientes en todo el mundo y ampliar la escala del negocio. El objetivo es aumentar a 14 regiones los lugares de abastecimiento de granos de café verde. Quiero que cuando la gente piense en un buen café de México, piense en Woolis.

Los hijos de Angélica tienen ahora 25 y 23 años. Los cinco años que ella pasó en México, lejos de sus hijos en Alemania, dejaron un vacío en su corazón. El encuentro de Angélica con el café de especialidad le recordó su deseo de “vivir para alguien”.

Eso lo demuestra la palabra “madre” del nombre que le puso a la marca de tostado de Woolis: “Madre Roasters”. Probablemente en un futuro cercano Angélica será conocida como la “madre de los caficultores mexicanos”.