Mokha not Mocha! Abdulrahman Saeed 

Abdulrahman Saeed 

Mokha not Mocha! 

Recuperar su identidad original

Probablemente, al escuchar la palabra “Moka”, no serán pocos los aficionados del café en los que despierte un aire romántico de nostalgia. Moka es el nombre de la ciudad portuaria yemení desde donde por primera vez en la historia se comenzó a exportar el café al mundo. El término “café moca” se ha extendido como una referencia genérica a todo el café producido en Etiopia y Yemen. El café moca de antaño se presentaba envuelto en un velo misterioso, por lo que ciertamente era una bebida diferente al resto de cafés. Este tipo de presentación, en algunos aspectos se parece a los ideales que persigue Abdulrahman.

Abdulrahman Saeed es un hombre originario de Yemen, que a lo largo de su vida ha vivido en diversidad de países. Ahora mismo se encuentra en la búsqueda de la identidad de su país, Yemen, a través del café. En el momento en el que nosotros conocimos y entramos en contacto con Abdulrahman, él justo se encontraba preparándose para emprender una nueva actividad empresarial con la que satisfacer sus propias ambiciones.

¡Es Moka, no Moca!

Hasta la fecha, Abdulrahman se encargaba de gestionar una empresa que comercializa granos de café verde de Yemen, junto con unos amigos y sus primos. Sin embargo, recientemente, ha comenzado a emprender en solitario para profundizar en sus propias ambiciones, y en concreto, se encuentra preparando el lanzamiento de “Mokha not Mocha!” (¡Es Moka, no Moca!), una plataforma en línea que pretende conectar a caficultores y tostadores. En esta plataforma que está previsto sea lanzada en junio de 2022, se publicará diversidad de información como el perfil de los productores, su cantidad de producción, el desglose del precio, entre otros detalles. Aunque seguro que no hace falta decirlo, su idea coincide justo con la idea de la plataforma de TYPICA, por lo que también Abdulrahman mostró interés en nuestra actividad. Abdulrahman nos contó lo siguiente:

Actualmente, solo contamos con apenas una decena de caficultores asociados, de modo que por ahora deseo centrar mis esfuerzos en profundizar los lazos con caficultores. Pero no por el hecho de querer aumentar el número de asociados, nos vale cualquier productor. Nosotros buscamos a caficultores que comprendan y compartan nuestra actividad empresarial, visión y objetivos. Nuestra mayor prioridad, más que el número de productores, es el tipo de productores con los que seamos capaces de asociarnos.

El nombre de la plataforma “Mokha not Mocha!” (¡Es Moka, no Moca!), que a simple vista da una impresión de arte pop, es toda una reivindicación respecto a la problemática en la identidad de Yemen como país. El término “moca”, especialmente en Occidente, se usa frecuentemente para hacer referencia a la bebida denominada como “café moca” preparada a base de jarabe de chocolate, café expresso y leche, y apenas suele ser identificada con el puerto de Moka, Yemen, origen del comercio internacional del café.

Moka es el nombre de la ciudad portuaria de Yemen desde donde por primera vez en la historia de la humanidad se exportó café al resto del mundo. Al buscar la ciudad de Moka en Google Maps, se recoge tanto con la grafía “Moka” como con la grafía “Moca”. Y si realmente se usa la grafía “Moca” en referencia al nombre de la ciudad, a mí no me gustaría que el mismo término “Moca” se usara para llamar a aquellas bebidas resultantes de añadir jarabe de chocolate a cafés que no son de origen yemení.

Yemen, país que antaño prosperó como punto clave del comercio internacional, tanto que era conocido como la “Arabia feliz”, hoy día, a causa de la prolongada guerra civil yemení, se ha transformado en un país sumido en una crisis humanitaria por la que cerca de la mitad de la población sufre condiciones de pobreza y hambruna. La guerra civil yemení apenas ha despertado el interés de otros países y no se atisba una solución en el futuro próximo. Este conflicto está acabando con sus industrias, su cultura y sus relaciones diplomáticas, resultando en un desvanecimiento de la identidad de Yemen como país. Abdulrahman, con el uso del café como metáfora, se encuentra intentando hacer frente a esta situación de crisis. “¡Es Moka, no Moca!”, exclama.

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Experiencias en su infancia

Abdulrahman fue criado en un entorno bastante diferente al de un yemení cualquiera. Él nació en el seno de una familia pudiente yemení, su infancia la pasó en Arabia Saudí, y además tiene la nacionalidad de Emiratos Árabes Unidos.

Mi familia tiene una empresa de la industria alimenticia, que produce diversidad de productos alimenticios como galletas, aceite de palma, lácteos, entre otros. Es una empresa multinacional con fábricas en todo el mundo. Mi abuelo fue quien hizo crecer a la empresa. Fuera a donde yo fuera siempre me encontraba con productos producidos por mi abuelo y mi familia. Recuerdo que cada vez que visitábamos alguna de las fábricas, mi padre me contaba orgulloso “Todo esto lo ha logrado tu abuelo”. Cuando apreciaba la contribución de mi abuelo al mundo, me hacía sentir muy feliz e incluso despertaba en mí una sensación de humildad.

Su abuelo tiene cerca de una veintena de nietos, de los cuales Abdulrahman fue el primero de todos, por lo que él tuvo el honor de ser bautizado con el mismo nombre de su abuelo.

En nuestra cultura ser bautizado con el nombre de nuestros abuelos guarda el significado de un vínculo especial con la familia. Desde niño sentí la fuerte responsabilidad de tener un alto sentido de la ética y la moral, así como de responder a las expectativas puestas sobre mí.

Abdulrahman, quien fue criado entre algodones desde su infancia, en una vida llena de lujos, en cierto momento, comenzó a percatarse de la enorme diferencia entre su situación personal y la realidad de Yemen como país. Para él, las experiencias de su infancia son la fuente de sus ambiciones.

Recuperar su identidad original

Abdulrahman fue enviado a los 16 años a un internado en Estados Unidos, y posteriormente, ingresó a la Universidad de Boston donde estudió Ciencias Políticas. La razón por la que decidió estudiar Ciencias Políticas fue por el deseo de dar alguna solución a la realidad de Yemen.

Las teorías y materias que cursé en la universidad, las estudié pensando en todo momento en cómo podría aplicarlas en Yemen. Es por esto, que yo nunca seguí el currículo marcado por los diferentes profesores. Yo estudiaba con base en mi propio currículo.

Asimismo, también surgió en él un interés por la industria agrícola, base fundamental de la industria alimentaria de la que forma parte la empresa de su familia.

Una vez me hice adulto, me di cuenta de que los productos baratos producidos en masa, frecuentemente se sustentan en cadenas de suministro con transacciones comerciales poco justas y faltas de transparencia. Fue entonces que comencé a pensar en la idea de promover un consumo consciente en el que se garantice la transparencia.

En su forma de hablar sentimos la firmeza de su coherente sentido de responsabilidad. Él que todavía era estudiante universitario en aquel entonces, respecto a la pregunta vital de “¿Cuál es mi propósito en la vida?” llegó a la conclusión de que su propósito es primero aportar a su país natal, Yemen, y segundo aportar a la industrias alimentaria en las que trabaja su familia. Tal vez haber sido el primer nieto de un empresario tan exitoso, le hiciera cargar con un fuerte sentido de responsabilidad. Y desde Estados Unidos, pudo replantearse su visión sobre Yemen de una forma objetiva, probablemente ahí se dio cuenta de la inestabilidad de su propia identidad.

Descubrió que el tema con el que haría realidad su propósito de vida era el café.

Me di cuenta de esto al observar las tendencias del mercado yemení y el crecimiento de la industria del café. Fue entonces que caí en que debemos vender el café yemení y distribuirlo por todo el mundo. En el año 2016, dejé la universidad. Y en el periodo comprendido entre los años 2017 y 2018, mientras que estaba en el servicio militar obligatorio de los Emiratos Árabes Unidos, emprendí mi negocio de café. Al principio, fundé la empresa junto con unos amigos y mis primos, sin embargo, más tarde decidí emprender en solitario, al darme cuenta que yo era el único capaz de creerse de verdad la loca visión de recuperar la identidad de Yemen.

El café era el tema perfecto para dar respuesta a los problemas de los que estaba concienciado. Sin embargo, introducirse en la cadena de suministro ya establecida con el fin de reconfigurar sus valores es una muy ardua tarea. Fue entonces, cuando Abdulrahman llegó a la idea de una plataforma.

Tras este momento, todas las ideas en mi mente cambiaron. Me di cuenta de que si fuera capaz de comercializar el café que en aquel entonces vendía por 50 USD/kg a hoteles de lujo de fama mundial, probablemente sería capaz de vender el mismo café hasta por 300 USD/kg. Lo importante es tener una mente abierta que no se quede atrapada en las experiencias del pasado. En esta época en la que uno puede configurar su precio de venta con total libertad, se puede transformar el concepto de valor.

Si a través de la plataforma “Mokha not Mocha!” se facilita que los caficultores yemeníes puedan decidir libremente el precio de venta de su café, y puedan comercializarlo directamente a tostadores en el extranjero, tal vez se alce como una herramienta que dote de independencia económica a los yemeníes. Lo cierto es que, sin duda, actualmente la oferta de café de Yemen es muy escasa, lo que le aporta un atractivo exótico. Si se logra difundir el valor de este café, acompañado de una certera transparencia, tal vez Yemen logre recuperar su identidad como un país productor de maravilloso café. Como en aquellos tiempos de antaño, en los que el café yemení era valorado como “moca arábica”.

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Acerca del futuro

Abdulrahman nos contó sobre su visión de futuro:

Una vez nos hayamos adentrado en el mercado de café yemení, y contemos con más caficultores participantes en la plataforma “Mokha not Mocha!”, lo siguiente que deseo hacer es introducirnos en el tostado, me gustaría crear nuestra propia marca de granos de café tostado. Si nos guardamos la opción de tostar en nuestra propia empresa los granos de café verde que no se hayan vendido, también aumentará nuestro margen empresarial.

A largo plazo, aparte del café, Abdulrahman también desea comercializar en la plataforma “Mokha not Mocha!” otros tipos de cultivos.

Una vez que logremos establecer el mercado en el sector del café, con base en este modelo, seremos capaces de expandirnos a cualquier otro sector. Podríamos comercializar otros productos, como el algodón yemení, bajo un modelo de trazabilidad (esto quiere decir que sea posible dar seguimiento a toda su distribución). Sea como sea, en todas nuestras actividades empresariales aplicaremos la misma filosofía de que nos encargaremos desde la materia prima hasta el producto final. Ahora mismo, justo con el café, experimentamos de forma práctica si el concepto de la plataforma “Mokha not Motcha!” logrará funcionar o no.

Tal vez sea por el hecho de venir de una familia empresaria, pero está claro que Abdulrahman tiene una gran visión y planes con determinación hacia el futuro. Para Abdulrahman es un primer paso para hacer realidad su todavía lejano ideal de triunfar con su empresa en la actividad cafetera.

Para mí Yemen es un lugar donde puedo comenzar desde cero, el lugar donde puedo lograr aquello a lo que aspiro. Ahora me encuentro dando el primer paso, al menos, bajo esta firme creencia. Y con el deseo de hacer que Yemen se convierta en el futuro en un maravilloso país que supere todo lo que hoy día podemos imaginar.

Al igual que su abuelo logró cosechar un gran éxito en un país como Yemen, que está lejos de contar con las condiciones idóneas para emprender, sin duda, Abdulrahman también será capaz de lograr todo aquello a lo que aspira.

Abdulrahman, antes de lanzar su plataforma “Mokha not Mocha!”, nos ofrece café de Yemen a través de TYPICA. Estamos convencidos de que obtendrá la colaboración de tostadores de todo el mundo y de que su férrea determinación marcará el comienzo de un cambio en el futuro de Yemen. Tal vez así presenciemos el instante en el que una bebida como el café sea capaz de transformar al país.